ES MORER NEGRE

Fusteria singular

Hand Tool Woodworking

Unique Furnitures

Sóller-Mallorca

Tus recuerdos viven en la madera

Los lugares almacenan recuerdos.

La casa del pueblo, la de los abuelos, la de aquellos amigos de la infancia…

Es fácil cerrar los ojos y volver allí.

En un segundo estás rodeado de una luz peculiar, de olores inconfundibles y de sonidos propios.

Seguro que recuerdas la suavidad de la mecedora, la pesadez de las sillas rústicas, el tacto firme de la gran mesa del comedor o el crujido de las escaleras a tu paso.

Si pudieras volver y examinar los cajones del escritorio sabrías qué se guardaba en cada uno de ellos, ¿verdad?

Abrir la puerta de cristal, recibir el saludo del anís envejecido desde las botellas añosas y revolver donde la abuela escondía, con poco éxito, los dulces de Navidad.

¿Te acuerdas?

Todos esa memoria va ligada a la madera, como un testigo permanente de nuestro tiempo.

Tu casa, tu hogar

Quizás hablamos de una cierta armonía, o de un determinado ambiente.

La cuestión es que, cuando te imaginas viviendo en tu casa, buscas que sus rincones sean especiales.

Quieres, en realidad, crear hogar.

Un hogar para vivirlo y generar buenos momentos, buenos recuerdos, buena vida.

Por eso a veces no vale cualquier mesa, ni cualquier silla.

No sirve «un mueble».

Hay un aspecto funcional que no podemos evitar, pero el respeto por las formas y el sentido del lugar hará que ese objeto aporte algo más que su función.

¿Una tabla con cuatro patas para sostener platos?

No.

Una mesa donde juntar a tu familia.

El escritorio donde tus hijos estudiarán para cumplir sus sueños.

La mesita del café frente a la ventana las tardes de lluvia.

La silla donde te reclinas con un buen libro junto al fuego.

De eso se trata.

No decoramos, habitamos los espacios.

Quizás, al final, un hogar es la suma de armonía, ambiente, propósito y recuerdos.

¿Qué crees?

Es morer negre, fusteria singular

Si sólo necesitas un mueble, cualquiera cumplirá su deber.

Pero si buscas esa idea de hogar, de respeto y de memoria, necesitas algo más.

Trabajar la madera para que forme parte de tu vida es un proceso que empieza con un diálogo entre nosotros.

No podría ser de otra forma.

Lo singular no surge de lo estandarizado sino de lo personal, pero no por ello excesivo o difícil.

La idea es resolver espacios, a veces complejos, usando, aunque parezca paradójico, la máxima sencillez.

Buscamos las formas naturales, los ángulos delicados, los anclajes que no se ven…

Y siempre con la madera que nos da nuestra tierra, cercana, cálida y para toda la vida.

Para toda tu vida.

Ese es mi compromiso.

No serán sólo ni mis armarios ni mis estanterías.

Pongo mis manos, los materiales y el tiempo.

Tú la intención.

Y, más adelante, los recuerdos.

Los encargos van de uno en uno y no puedo aceptar más que lo que me dejen mis manos.

Sin prisa, pero sin pausa.

Haz click justo aquí debajo y lo hablamos.